Involúcrate y sé parte del cambio

En Hábitat promovemos la participación de voluntarios locales e internacionales a las diversas construcciones. Los voluntarios pueden ser personas individuales o de centros educativos, universidades y empresas. Cada año movilizamos un gran número de voluntarios que aportan su tiempo y talento de manera solidaria en beneficio de las familias y comunidades.

También nuestros aliados ponen en práctica su Responsabilidad Social Empresarial, invitando a sus colaboradores a transformar la vida de familias a través de la construcción viviendas, estufas mejoradas y letrinas.

Ser voluntario Hábitat te da la oportunidad de ayudar a construir comunidades en cualquier lugar del país, gracias al apoyo de personas como tú comunidades enteras mejoran su calidad de vida, familias alcanzan estabilidad, seguridad y la fortaleza que necesitan.

Ser voluntario tiene muchos beneficios y Hábitat te brinda la oportunidad de:
• Ser un agente de cambio, mejorando la calidad de vida de diversas personas en comunidades vulnerables.
• Ayudar a los demás.
• Crear lazos con las comunidades, conocer diferentes personas y aprender a sumar esfuerzos.
• Sensibilizarte ante los problemas sociales.
• Aprender nuevas habilidades y ganar más confianza en ti mismo.
• Divertirte de una manera que nunca creíste.

Cada voluntario brinda apoyo a una familia para que pueda ayudarse a sí misma.

Una vivienda adecuada

Víctor se dedica a tejer junto a su esposa Angélica y sus 3 hijos. Anteriormente vivían en la casa de su mamá en donde únicamente tenían un cuarto para ellos cinco.

La vivienda de la mamá de Víctor está construida de adobe, lámina y piso de tierra, en épocas de invierno la casa se llena de lodo, el frio y la lluvia entraba en cualquier lugar. Gracias a los vecinos Víctor se enteró sobre Hábitat y no dudó en acercarse a nuestra oficina departamental para solicitar información e iniciar el proceso para su vivienda.
Hasta la fecha Víctor, Angélica y sus 3 hijos están felices, y muy agradecidos por su nueva vivienda, por que hicieron su sueño realidad de contar con un espacio propio y adecuado para su familia.

“Gracias a Dios se nos cumplió nuestro sueño de una casita, gracias a Hábitat por el apoyo y los beneficios que nos dieron con los pagos ya que son cuotas que uno logra pagar”. Víctor, beneficiario de una Vivienda Hábitat.

“Motivo a las personas a que construyan su vivienda con Hábitat ya que les dan la posibilidad de tener cuotas bajas, con nuestra casita ya no sufrimos de frío todo el tiempo se mantiene calientito”. Angélica, beneficiaria de una vivienda Hábitat.

En Hábitat construimos junto a las familias viviendas adecuadas y accesibles.

Comunidades Saludables – Blanca Turuy

Blanca, su esposo Celestino y sus tres hijos José, Lesli y Doris, viven en la comunidad de El Rejón, Sumpango en Chimaltenango. Mientras Celestino se dedica a la agricultura, Blanca es quien se encarga de cuidar a sus hijos y al aseo de su vivienda.

Antes de conocer a Hábitat, Blanca tenía un pollo abierto, hecho con un par de blocks y una letrina en malas condiciones construida con materiales improvisados. Ahora gracias al programa del Kit Saludable, cuenta con una Estufa Mejorada que elimina el 95 por ciento de humo dentro de la vivienda y reduce el consumo de leña.

Voluntarios Hábitat apoyaron a Blanca en la construcción de una letrina ya que con la que contaban estaban en malas condiciones “Nuestra vieja letrina la sostenía tallos de maíz seco, nylon, una lámina y un par de blocks, pero con esta nueva letrina viviremos mejor, nos sentimos felices y agradecidos con los voluntarios que nos vinieron a ayudar, pasamos un buen día juntos”.

Frutos de mi tierra – Dionila De León

En las faldas del Volcán Tajumulco en San Marcos se encuentra la comunidad El Canaque en donde vive Dionila, su esposo Ervi y sus 3 hijos. Ella es ama de casa y Ervi es agricultor en la comunidad.

Llegar a El Canaque no es fácil, a Dionila le toma 3 horas llegar al centro de San Marcos para comprar lo que necesita para su hogar; es por ello que se involucró en el Proyecto de Huertos Comunitarios y Familiares de Autoconsumo el cual inició en el 2014.

Dionila cultiva principalmente tomates y los vende a los demás miembros de la comunidad, ella espera poder venderlo a los pueblos cercanos. “Antes del proyecto, compramos nuestros vegetales en el pueblo más cercano, sin saber que podíamos cosecharlos aquí. Ahora cosechamos tomates, zanahorias, cebollas, rábanos, cilantro y varias otras verduras de nuestro jardín”, nos comenta Doña Dionila.

Desde que el proyecto inició, se convirtió en parte de la vida de la familia, sus hábitos alimenticios han cambiado, aprendieron nuevas formas de cocinar todas las verduras que cultiva, agregaron nuevos vegetales a sus comidas y su calidad de vida ha mejorado. “Yo ahora preparo distintas comidas con verduras para que mis hijos no se aburran, las hago en pasteles, huevos y muchas otras recetas”.

Gracias a la donación de semillas de los Rotarios contra el Hambre las cebollas y zanahorias crecen cada día más. Dionila se encuentra muy agradecida con los voluntarios y con todas las personas que trabajaron en la comunidad durante 6 años.

“Gracias a todos por compartir sus conocimientos, hemos aprendido a cosechar diferentes vegetales en nuestros huertos, ahora estoy cosechando tomates muy grandes en mi invernadero para venderlos en la comunidad y pueblos cercanos”.

Dionila también cuenta con un huerto comunitario, el cual plantea seguir expandiendo para vender las producciones y así seguir comprando semillas.