Voluntariado con esperanza juvenil

Todos los años contamos con personas que con su gran corazón, buscan ayudar a más familias guatemaltecas, y el 2017 no fue la excepción. Durante el mes de diciembre contamos con el apoyo de jóvenes de la Organización Esperanza Juvenil, quienes realizaron voluntariado en Sumpango, Sacatepéquez, realizando estufas mejoradas.
Realizamos una pequeña entrevista con Silvia de Lemus, Coordinadora Camino hacia la Excelencia, y esto fue lo que nos comentó:
¿Quiénes son y en dónde trabajan?
Esperanza Juvenil es una Organización que ayuda a niños de escasos recursos. Trabajamos especialmente con niños de aldeas, municipios, y asentamientos del país.
¿Cuantos años tiene la Organización en el país?
Tenemos 20 años de estar en Guatemala.
¿Cómo apoyan o benefician a los niños ?
Los niños y jóvenes, reciben los insumos necesarios para vivir bien, y a la vez, se les brindan los materiales para su educación. En educación, brindamos becas completas, sin embargo, los jóvenes y niños que acceden a estas, deben pasar pruebas psicológicas, académicas y de estudio social. Nuestros estudiantes aplican para las mejores universidades, lo que les abrirá las puertas para un mejor futuro.
Actualmente, tenemos 4 jóvenes estudiando en distintas universidades y 5 jóvenes ya están graduados.
¿Cómo se seleccionan a los candidatos?
La selección se lleva a cabo por medio de los líderes comunitarios, que brindan referencias de quienes necesitan el apoyo, luego se citan para realizar las pruebas.
¿Por qué realizaron voluntariado con Hábitat?
Es asombroso como las actividades del voluntariado realizado en Hábitat nos pueden unir y sobre todo nos pueden enseñar a dar, brindando la oportunidad de que nuestros niños ayuden a quienes también lo necesitan. El que nuestros niños ayuden y conozcan que son muchas personas las que necesitan apoyo, nos da la certeza que ellos de adultos, serán personas responsables con su país.























Ingrid was familiar with Habitat for Humanity because her mother built a Habitat house several years ago and she was excited that she and Manolo were approved to build a house. Ingrid says that, for the most part, the process was smooth. About halfway through the process, they switched from working with one mason to another, but fortunately soon after that a group of Thrivent volunteers came and spent a week working on the house and helped push the process forward.


























